lunes, 7 de mayo de 2012

OTRO SUISIDA


SIGUEN LOS JUEGOS DE CORTAZAR, EL RETO LEER ESTO Y QUE NO TE DE DOLOR DE CABEZA, YO ME SIENTO REVISANDO EL TEXTO DE UNO DE LOS ALUMNOS DE BACHILLERATO, PERO BUENO, CORRIJAN EL TEXTO, Y LUEGO COMPAREN CON OTRO PARA VER QUE ERRORES LES QUEDARON
 
Ingrata sorpresa fue leer en «Ortográfiko» la notisia de aber fayesido en San Luis Potosí el 1° de marso último, el teniente koronel (asendido a koronel para retirarlo del serbisio), Adolfo Abila Sanhes. Sorpresa fue porke no teníamos notisia de ke se ayara en kama. Por lo demás, ya ase tiempo lo teníamos katalogado entre nuestros amigos los suisidas, i en una okasión se refirió «Renovigo» a siertos síntomas en él obserbados. Solamente ke Abila Sanhes no eskojió el rebólber komo el eskritor antiklerikal Giyermo Delora, ni la soga como el esperantista fransés Eujenio Lanti.
Abila Sanhes fue un ombre meresedor de atención i de apresio. Soldado pundonoroso onró a su institusión en la teoría i en la práktica. Tubo un alto konsepto de la lealtad i fue asta el kampo de bataya. Ombre de kultura, enseñó siensias a jóbenes i adultos. Pensador, eskribió bastante en periódikos i dejó algunas obras inéditas, entre eyas «Máximas de Kuartel». Poeta, bersifikaba kon gran fasilidad en distintos jéneros. Artista del lápis y la pluma, nos regaló barias beses kon sus kreasiones. Linguista, era muy afekto a tradusir sus propias produksiones al inglés, esperanto i otros idiomas.
En konkreto, Abila Sanhes fue ombre de pensamiento y aksión, de moral i de kultura. Esto son las partidas de su aber.
En la otra kolumna de su kuenta, ai kargadas barias, i es natural titubear antes de lebantar el belo de su bida pribada. Pero komo no la tiene el ombre públiko i Abila Sanhes lo fue, inkuriríamos en la falta ke antes señalamos okultando el reberso de la medaya. En nuestro karákter de biógrafos e istoriadores debemos romper kon los eskrúpulos.
Konosimos personalmente a Abila Sanhes aya por 1936 en Linares, N.L., i luego en Monterei lo tratamos en su ogar, ke paresía próspero y felis. Años después ke lo bisitamos en Samora, la impresión fue totalmente opuesta, nos dimos kuenta de ke el ogar se derumbaba, i as¡ fue semanas más tarde, lo abandonó la primera esposa i después se dispersaron los ijos. Posteriormente en San Luis Potosí, enkontró a una joben bondadosa ke le tubo simpatía y aseptó kasarse kon él: por eso kreó una segunda familia, ke abnegadamente soportó más ke la primera i no yegó a abandonarlo.
Ké ubo primero en Abila Sanhes, el desarreglo mental o el alkoolismo? No lo sabemos, pero ambos, kombinados, fueron la ruina de su bida y la kausa de su muerte. Un enfermo en sus últimos años, lo abíamos desausiado sabiendo ke era un suisida kaminando rápidamente asia su inebitable fin. El fatalismo se impone kuando obserba uno a personas tan klaramente dirijidas asia un serkano y trájico okaso.


El desaparesido kreía en la bida futura. Si lo konfirmó, ke aye en eya la felisidad ke, aunke kon distintas karakterísticas, anelamos todos los umanos.

LA CENICIENTA QUE NO QUERÍA COMER PERDICES

Esta es una versión de la cenicienta que combina varios cambios, época, intencionalidad de la historia, pensar consecuencias. Que lo disfruten

http://www.youtube.com/watch?v=uYSQZ68pOVk

Pensar Consecuencias

Esta estrategia consiste en pensar que pasa después del final del cuento, en que el final se convierta en el punto de partida, por ejemplo el cuento de Pinocho termina el transformándose en un niño de verdad, pues en el cuento que sigue dice que pasó después, además también se vislumbra un cambio de época.


Ojalá les agrade y se animen a crear sus propias continuaciones de los relatos tradicionales.


Pinocho (Época actual)
Luego de convertirse en un niño de verdad, Pinocho comenzó a aburrirse. Sentía nostalgia de los viejos tiempos en que era devorado por tiburones y se intentaba transformar en burro, pues una vez el peligro había pasado, quedaba el recuerdo de una fantástica aventura. Por eso se volvió de nuevo a comportar mal, y en castigo el hada azul lo convirtió en un muñeco de madera. Pero él ya no era un niño, sino un joven que ya había llegado a la edad adulta, y por eso se le ocurrió la idea de vender la madera que producía su nariz al crecer.

Terminó haciéndose rico, no tanto por la venta de madera, sino porque la práctica de la mentira le permitió desempeñarse en diversas profesiones. Primero fue un vendedor exitosísimo, luego se convirtió en abogado, y finalmente en predicador. Convenció a todo el mundo que cuando su nariz crecía era porque su alma quería olfatear los caminos que llevan hacía Dios, luego cortaba su nariz en pequeños trozos y los vendía como reliquias religiosas.

Murió siendo enormemente rico, y fue canonizado como San Pinocio, el santo de la verdad y la justicia.

TAXONOMÍA ESTRATEGIAS PARA LA ESCRITURA CREATIVA


1. ACTIVIDADES BASADAS EN ELEMENTOS DE “ANÁLISIS LITERARIO”

En las escuelas se ha dado en llamar análisis literario a un tipo específico de análisis que se usa en las mismas para enseñarlo a los alumnos, olvidando que existen innumerables propuestas de cómo analizar literariamente un texto. A partir de este mal llamado análisis literario y sus elementos se implementan una serie de estrategias:

1.1 TEMA: Es una frase sintética que resume acerca de que trata el relato. A menudo coincide con el título del libro, por esto la estrategia para la escritura creativa resultante sería inventar un relato a partir de un título previamente determinado, ejemplo: Inventa un cuento (u otro tipo de texto) llamado: Blanca, la princesita indecisa.

1.2 Espacio: Es el lugar donde se desarrollan los hechos del relato, las estrategias para la escritura creativas resultantes serían:
1.2.1 Modificar un texto cambiando el lugar en que suceden los hechos, ejemplo: ¿Cómo sería el cuento de Caperucita Roja, si sucediera en la ciudad?
1.2.2 Crear un escrito que deba suceder en un espacio previamente determinado. Un ejemplo sucede cuando se crea un texto a partir de un PILO (personaje, intención, lugar y objeto) pues el relato debe suceder en el lugar que el PILO señale.

1.3 Tiempo: En un texto se analizan tres elementos distintos relacionados con el tiempo, a saber:
1.3.1 Época del relato: ¿Cuándo suceden los hechos?. Las estrategias para la escritura creativa resultantes serían:
1.3.1.1 Modificar un texto cambiando la época en que suceden los hechos, ejemplo: ¿Cómo sería el cuento de Caperucita Roja, si sucediera en la época de las cavernas?
1.3.1.2 Crear un escrito que deba suceder en una época previamente determinada; Ejemplo: crear una historia de amor que suceda en el futuro.

1.3.2 Tiempo transcurrido: ¿Cuánto se demoran en suceder los hechos?. La estrategia para la escritura creativa resultante sería modificar un relato al cambiar el tiempo que se demora en transcurrir los hechos, ejemplo: “La vuelta al mundo en 80 horas”

1.3.3 Época del autor: En qué época vivió el autor. La estrategia para la escritura creativa resultante seria cambiar la época en que vivió el autor que escribe el relato, pero esta estrategia es difusa y estaría comprendida en otra estrategia, cambio de narrador la cual se explica cuando se analice este elemento de análisis literario.

1.4 Personajes:
1.4.1 Cambiar características de los personajes: Es esta una estrategia muy utilizada en la literatura, se puede observar en las diferentes versiones de Caperucita, como las de Quino, Daniel Samper Pizano, Roald Dahl, entre otros. Al igual que en relatos como Ceniciento en el cual el autor piensa como sería el cuento de hadas, si el protagonista fuera un hombre.

1.4.2 Eliminar un personaje: ¿Qué pasaría si sacáramos un personaje de la historia?, por ejemplo Caperucita Roja sin el lobo, ¿Quién sería el malo? O, si no hay malo, ¿Qué podría pasar para que la historia fuera interesante?.

1.4.3 Agregar un personaje:  ¿Qué pasaría si en la misma historia metiéramos a la Cenicienta, La Bella Durmiente, Rapunzel y a un solo Príncipe? Un ejemplo de esto es Shrek.

1.5 Mensaje: La estrategia creativa resultante sería crear una historia a partir de un mensaje previamente determinado. Esto sucede en el PILO, pues normalmente la intención es un refrán, ejemplo: crear una historia en la que se muestre que el que ríe de último ríe mejor.

A propósito La Caperucita de Perrault tiene un mensaje bien explícito: "Vemos aquí que los adolescentes y más las jovencitas elegantes, bien hechas y bonitas, hacen mal en oír a ciertas gentes, y que no hay que extrañarse de la broma de que a tantas el lobo se las coma. Digo el lobo, porque estos animales no todos son iguales: los hay con un carácter excelente y humor afable, dulce y complaciente, que sin ruido, sin hiel ni irritación persiguen a las jóvenes doncellas, llegando detrás de ellas a la casa y hasta la habitación. ¿Quién ignora que lobos tan melosos son los más peligrosos?".

1.6 Asunto: Todas las estrategias para la escritura creativa serían un ejemplo válido, pues en eso consisten, en brindar al autor unas alternativas a partir de las cuales inspirarse para crear o modificar un relato.

1.7 Narrador: Las estrategias para la escritura creativa resultantes serían:
1.7.1 Cambiar el narrador: ¿Cómo contarían Caperucita Roja un guerrillero, un paramilitar y un soldado?

¿Será que el soldado en vez de Caperucita Roja hablaría de Caperucita Verde, y el malvado lobo sería comunista?

1.7.2 Cambiar las características del narrador: ¿Cómo sería si el narrador de Caperucita Roja en vez de una tercera persona fuera el lobo? ¿O Caperucita? ¿O si el narrador en vez de ser omnisciente fuera limitado?.

1.8 Destinatario: ¿Cómo sería Caperucita Roja en versión adulta?

miércoles, 2 de mayo de 2012

ESTAS SON VARIAS VERSIONES DE CAPERUCITA, PARA QUE LAS DISFRUTEN Y SE ANIMEN A PENSAR OTRAS




CAPERUCITA ROJA

Había una vez una niñita en un pueblo, la más bonita que jamás se hubiera visto; su madre estaba enloquecida con ella y su abuela mucho más todavía. Esta buena mujer le había mandado hacer una caperucita roja y le sentaba tanto que todos la llamaban Caperucita Roja.

Un día su madre, habiendo cocinado unas tortas, le dijo.
-Anda a ver cómo está tu abuela, pues me dicen que ha estado enferma; llévale una torta y este tarrito de mantequilla.
Caperucita Roja partió en seguida a ver a su abuela que vivía en otro pueblo. Al pasar por un bosque, se encontró con el compadre lobo, que tuvo muchas ganas de comérsela, pero no se atrevió porque unos leñadores andaban por ahí cerca. Él le preguntó a dónde iba. La pobre niña, que no sabía que era peligroso detenerse a hablar con un lobo, le dijo:

-Voy a ver a mi abuela, y le llevo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.

-¿Vive muy lejos?, le dijo el lobo
.
-¡Oh, sí!, dijo Caperucita Roja, más allá del molino que se ve allá lejos, en la primera casita del pueblo.

-Pues bien, dijo el lobo, yo también quiero ir a verla; yo iré por este camino, y tú por aquél, y veremos quién llega primero.
El lobo partió corriendo a toda velocidad por el camino que era más corto y la niña se fue por el más largo entreteniéndose en coger avellanas, en correr tras las mariposas y en hacer ramos con las florecillas que encontraba. Poco tardó el lobo en llegar a casa de la abuela; golpea: Toc, toc.

-¿Quién es?

-Es su nieta, Caperucita Roja, dijo el lobo, disfrazando la voz, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.
La cándida abuela, que estaba en cama porque no se sentía bien, le gritó:

-Tira la aldaba y el cerrojo caerá.

El lobo tiró la aldaba, y la puerta se abrió. Se abalanzó sobre la buena mujer y la devoró en un santiamén, pues hacía más de tres días que no comía. En seguida cerró la puerta y fue a acostarse en el lecho de la abuela, esperando a Caperucita Roja quien, un rato después, llegó a golpear la puerta: Toc, toc.

-¿Quién es?

Caperucita Roja, al oír la ronca voz del lobo, primero se asustó, pero creyendo que su abuela estaba resfriada, contestó:
-Es su nieta, Caperucita Roja, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.

El lobo le gritó, suavizando un poco la voz:

-Tira la aldaba y el cerrojo caerá.

Caperucita Roja tiró la aldaba y la puerta se abrió. Viéndola entrar, el lobo le dijo, mientras se escondía en la cama bajo la frazada:
-Deja la torta y el tarrito de mantequilla en la repisa y ven a acostarte conmigo.

Caperucita Roja se desviste y se mete a la cama y quedó muy asombrada al ver la forma de su abuela en camisa de dormir. Ella le dijo:

-Abuela, ¡qué brazos tan grandes tienes!

-Es para abrazarte mejor, hija mía.

-Abuela, ¡qué piernas tan grandes tiene!

-Es para correr mejor, hija mía.

Abuela, ¡qué orejas tan grandes tiene!

-Es para oír mejor, hija mía.

-Abuela, ¡que ojos tan grandes tiene!

-Es para ver mejor, hija mía.

-Abuela, ¡qué dientes tan grandes tiene!

-¡Para comerte mejor!

Y diciendo estas palabras, este lobo malo se abalanzó sobre Caperucita Roja y se la comió.

MORALEJA
Aquí vemos que la adolescencia,
en especial las señoritas,
bien hechas, amables y bonitas
no deben a cualquiera oír con complacencia,
y no resulta causa de extrañeza
ver que muchas del lobo son la presa.
Y digo el lobo, pues bajo su envoltura
no todos son de igual calaña:
Los hay con no poca maña,
silenciosos, sin odio ni amargura,
que en secreto, pacientes, con dulzura
van a la siga de las damiselas
hasta las casas y en las callejuelas;
más, bien sabemos que los zalameros
entre todos los lobos ¡ay! son los más fieros.

CHARLES PERRAULT




CAPERUCITA ROJA (Es esta una versión muy lógica, en ella es claro que una persona no puede ser devorada y quedar viva)

Había una vez...
...Una niñita que vivía con su madre cerca de un gran bosque. Al otro lado del bosque vivía su abuelita, que sabía hacer manualidades y un día le había realizado una preciosa caperucita roja a su nietita, y ésta la usaba tan continuamente, que todos la conocían como Caperucita Roja.
Un día la madre le dijo:
-Vamos a ver si eres capaz de ir solita a casa de tu abuelita. Llévale estos alimentos y este pote de mantequilla y pregúntale cómo se encuentra, pero ten mucho cuidado durante el camino por el bosque y no te detengas a hablar con nadie.
Así, Caperucita Roja, llevando su cestito, fue por el bosque a visitar a su abuelita. En el camino la observó el lobo feroz, desde detrás de algunos árboles. Tuvo ganas de devorar a la niña, pero no se atrevió, pues escuchó muy cerca a los leñadores trabajando en el bosque.
El lobo, con su voz más amistosa, preguntó:
-¿Dónde vas, querida Caperucita? ¿A quién llevas esa canasta con alimentos?
-Voy a ver a mi abuelita, que vive en la casa blanca al otro extremo del bosque -respondió Caperucita Roja, sin hacer caso a lo que le había recomendado su mamá y sin saber que es muy peligroso que las niñas hablen con los lobos.
-Tus piernas son muy cortas y no pueden llevarte allá rápidamente; yo me adelantaré y le diré a tu abuelita que la vas a visitar -dijo el lobo pensando comerse a las dos.
Caperucita Roja se entretuvo en el camino recogiendo flores silvestres. Mientras tanto el hambriento lobo feroz se dirigió con mucha rapidez a la casa donde vivía la abuelita. Estaba muy impaciente porque no había comido en tres días.
Sin embargo, la abuelita se había ido muy temprano para el pueblo, y el lobo encontró la casa vacía.
 Poniéndose el gorro de dormir de la anciana, se metió en la cama y esperó a Caperucita Roja. Cuando la niña entró en la casa, se asustó porque encontró a su abuelita en cama y le pareció muy extraña.
-¡Oh! ¡Abuelita! -exclamó Caperucita Roja-, ¡qué orejas más grandes que tienes!
-Son para escucharte mejor -dijo el lobo.
-Abuelita, ¡qué ojos más grandes tú tienes!
-Son para verte mejor, querida nieta.
-Abuelita, ¡qué dientes más grandes que tienes!
-Son para comerte mejor -gritó el lobo saltando de la cama.
Un leñador que se encontraba cerca escuchó a Caperucita Roja que pedía socorro por la ventana. Tomando su hacha corrió hacia la casa para salvarla.
Antes que el lobo pudiera hacer daño a Caperucita Roja, el leñador le dio muerte de un tremendo hachazo. Luego lo arrastró hasta el bosque Y en ese momento la abuelita regresaba a su hogar, lo que hizo tranquilizar a Caperucita y pasar un rato de alegría junto a ella.



Autor
Francisco Javier Bernard Morales
Título
CAPERUCITA ROJA (Versión para teatro infantil)

El escenario representa: a la derecha la casa de Caperucita, en la que se ven una mesa y tres sillas, dispuestas de modo que ninguna da la espalda a los espectadores, sobre la mesa, una tarta con velas; en el centro, el bosque, con árboles, pajaritos y conejitos —representados por niños—; a la izquierda, la casa de la abuelita con una cama
   
ESCENA PRIMERA
 
Caperucita —que aún no lleva puesta la caperuza— y su madre están sentadas a la mesa. La niña no cesa de relamerse mientras mira la tarta. No puede aguantar más, así que unta el dedo en ella y luego se lo lleva a la boca. Mientras ellas hablan, la abuelita sale de su casa y cruza el bosque. Lleva un paquete en la mano.
 
Mamá:           No me gusta que seas tan golosa. Es de muy mala educación comer con los dedos. Además, tenemos que esperar a la abuelita.
 
Caperucita:  Mamá, es que tarda mucho y tengo hambre. ¿Qué me regalará?
 
La abuelita llega a la casa de Caperucita.
 
Abuelita:       ¡Hola! ¿Cómo estáis? ¡Qué nieta más guapa tengo! ¡Felicidades!
 
Caperucita y su madre se levantan para besar y abrazar a la abuela
 
Mamá:           ¡Qué alegría verte!
 
Caperucita:  ¿Ya nos podemos comer la tarta?
 
Abuelita:       Abre primero tu regalo
 
Caperucita desenvuelve el regalo
 
Caperucita:  ¡Ay! ¡Qué nervios! ¡Qué capa tan bonita! ¡Qué caperuza más roja!
 
Caperucita besa a la abuela y las tres se sientan a la mesa. Se oye la canción Cumpleaños Feliz y Caperucita sopla como si apagara las velas. Después fingen comer.
 
Abuelita:       Me voy a marchar porque no quiero que se me haga de noche por el camino
 
Las tres se levantan
 
Mamá:           Ten mucho cuidado con el lobo.
 
Abuelita:       No te preocupes. El lobo se ha marchado a la ciudad porque, como allí vive más gente, cree que va a encontrar más comida
 
Caperucita:  Adiós, abuelita.
 
La abuelita se marcha por el bosque. Baja la intensidad de la luz para indicar que anochece
   
ESCENA SEGUNDA
 
Aumenta la luz para señalar el amanecer. Caperucita —ya lleva puesta la capa— y su mamá están en su casa. La abuelita en la suya, metida en la cama. En el bosque, el lobo.
 
Lobo: ¡Vaya idea mala tuve con irme a la ciudad! ¡Todo está lleno de coches! ¡De milagro no me mató un autobús! La ciudad no es para mí. Menos mal que ya estoy otra vez en el bosque. Voy a descansar un rato y luego buscará a alguien para desayunar.
 
Se esconde entre los árboles
 
Mamá:           ¡Caperucita! Acaba de llamar la abuelita. Está un poco enferma y se ha quedado en la cama, así que acércate a su casa y llévale esta cestita con un pastel y un tarrito de miel.
 
Caperucita:  Pero mamá,. Si lo que tendrá será una indigestión por la tarta. ¿No será mejor que le prepares una manzanilla?
 
Mamá:           No me gusta que seas tan sabihonda y tan repipi. Harás lo que te digo.
 
Caperucita:   Bueno. Tampoco es para que me regañes.
 
Mamá:           ¡Ah! Aunque se ha ido el lobo, ten mucho cuidado y no te entretengas. Yo, mientras, voy un rato a charlar con las vecinas.
 
La mamá se marcha por la derecha. Caperucita sale al bosque. Da vueltas por el escenario. Se agacha como si cogiera flores. Se sienta a escuchar el canto de los pájaros. Se tumba en el suelo. Se levanta. Salta. Todo al ritmo de la música
 
Conejitos:    ¿Dónde vas Caperucita, tan de mañana con una capita de lana?
 
Caperucita:  A casa de mi abuelita, a llevarle este pastel y este tarrito de miel.
 
El lobo, sin que le vean, se asoma entre los árboles
 
Lobo: ¡Qué suerte! Una niña ¡Qué tierna debe de estar!
 
Se oculta de nuevo
 
Árboles:        ¡Caperucita! ¡Caperucita! ¿Estás perdida? ¿Qué buscas?
 
Caperucita:  Voy a casa de mi abuelita. Le llevo un pastel y un tarrito de miel.
 
Árboles:        Sigue ese camino y ten mucho cuidado
 
Vuelve a asomarse el lobo
 
Lobo: Se me hace la boca agua. Pero si me la como aquí, seguro que algún chivato le lleva el cuento a su madre y me busca un lío.
 
Se esconde
 
Pajaritos:      ¡Oh, linda niña! Hace una hermosa mañana
 
Caperucita:  Sí. Brilla el sol entre nubes de algodón.
 
Se asoma el lobo
 
Lobo: Pues sí que es cursi la pobre. En fin, la voy a engañar par comérmela tranquilamente en casa de su abuela. Allí nadie me molestará.
 
El lobo sale al encuentro de Caperucita
 
Caperucita:  ¡Buenos días, señor! ¿Sabe usted por dónde podría ir a casa de mi abuelita? La pobre tiene un empacho de tarta y mi mamá se ha empeñado en que le lleve un pastel y un tarrito de miel.
 
Lobo: Pues le iría mejor un poco de bicarbonato. En fin, vete por ese camino. Ya verás que pronto llegas.
 
Caperucita:  ¡Muchas gracias, señor! Es usted muy amable y muy simpático. Hasta luego.
 
Se marcha dando vueltas por el bosque.
 
Lobo: Sí que ha sido fácil engañarla.
 
Se oye una música amenazadora
   
ESCENA TERCERA
 
El lobo se ha aproximado a la casa de la abuelita, quien está tumbada en la cama. Caperucita sigue dando vueltas por el bosque. Entre los árboles se ve a los cazadores.
 
Abuelita:       ¿Quién viene?
 
Lobo (disimulando la voz):           Soy yo. Tu nieta Caperucita. Te traigo un pastel y un tarrito de miel
 
Abuelita:       ¡Vaya! Más dulces. Si me los como reviento. Pero, bueno, cariño, pasa.
 
Entra el lobo. La abuela se desmaya al verle
 
Lobo: La vieja se ha desmayado. Mejor. La esconderé y si después de comerme a Caperucita todavía tengo hambre me servirá de postre, aunque debe de estar un poco dura.
 
El lobo saca a la abuelita de la cama y ocupa su lugar. Llega Caperucita
 
Caperucita:  ¡Abuelita! ¡Ya estoy aquí! Traigo un pastel y un tarrito de miel.
 
Lobo (disimulando la voz)            Entra, hijita, entra. Siéntate a mi lado.
 
Conejitos:    ¡Cazadores! ¡Cazadores! Rápido, a casa de la abuelita.
 
Caperucita:  ¡Qué orejas más grandes tienes!
 
Lobo: Para oírte mejor
 
Árboles:        ¡Cazadores! ¡Cazadores! Corred, deprisa
 
Caperucita:  ¡Qué ojos más grandes tienes!
 
Lobo: Para verte mejor
 
Pajaritos:      ¡Cazadores! ¡Cazadores! Salvad a Caperucita
 
Caperucita:  ¡Qué boca más grande tienes!
 
Lobo: Para comerte mejor
 
El lobo se levanta y va hacia Caperucita, pero en ese momento entran los cazadores
 
Cazadores:  ¡Quieto si no quieres que te disparemos!
 
Lobo: Pero si sólo estamos jugando. ¿Verdad, Caperucita?
 
Caperucita:  ¡Mentira! Me querías comer.
 
Lobo: Pero si estoy a dieta. Además me he hecho vegetariano y macrobiótico
 
Cazadores:  Eso ya se lo explicarás al juez. Estás detenido.
 
Música y baile general





CUENTOS EN VERSO PARA NIÑOS PERVERSOS DE ROALD   DAHL

Estando una mañana haciendo el bobo,
 le entro un hambre espantosa al señor lobo,
así que, para echarse algo a la muela,
se fue corriendo a casa de la abuela.
¿Puedo pasar, señora?, preguntó.
La pobre anciana, al verlo, se asustó
pensando: ¡Este, me come de un bocado!
y claro, no  se había equivocado:
se convirtió  la abuela en alimento
en menos tiempo del que aquí te cuento.
Lo malo es que era flaca y tan huesuda
que al lobo no le fue de gran ayuda:
sigo teniendo un hambre aterradora...
¡tendré que merendarme otra señora!.
y al no encontrar ninguna en la nevera,
gruñó con impaciencia aquella fiera:
¡esperaré sentado hasta que vuelva
Caperucita Roja de la selva!
- que así llamaba al bosque la alimaña,
creyéndose en Brasil y no en España -.
Y por que no se viera su fiereza
se disfrazó de abuela con presteza,
se dio laca en las uñas y en el pelo,
se puso la gran falda gris de vuelo,
zapatos, sombrerito, una chaqueta
y se sentó en espera de la nieta.
Llegó por fin Caperu a mediodía
y dijo: ¿como estas abuela mía?
por cierto ¡me impresionan tus orejas!
- Para mejor oírte que la viejas
somos un poco sordas.

¡Abuelita, que ojos tan grandes tienes!.
claro, hijita
son las lentillas nuevas que me ha puesto
para que pueda verte don Ernesto
el oculista, dijo el animal
mirándola con gesto angelical
mientras se le ocurría que la chica
iba a saberle mil veces mas rica
que el rancho precedente. De repente
Caperucita dijo: ¡que imponente
abrigo de piel llevas este invierno!.
El lobo estupefacto, dijo: ¡un cuerno!
o no sabes el cuento o tu me mientes:
¡ahora te toca hablarme de mis dientes!
¿me estas tomando el pelo? oye mocosa,
te comeré ahora mismo y a otra cosa.
pero ella se sentó en un canapé
y se sacó un revolver del corsé,
con calma apuntó bien a la cabeza
y ¡pam! allí cayó la buena pieza
 ****
Al poco tiempo vi a Caperucita
cruzando por el bosque... ¡pobrecita!
¿sabéis lo que llevaba la infeliz?
pues nada menos que un sobrepelliz
que a mi me pareció de piel de un lobo
que estuvo una mañana haciendo el bobo.

 


Caperucita (Canción)
(Ismael Serrano)
Caperucita sólo tiene dieciséis primaveras sin flores papá le dice ven, Caperucita eres joven y tienes que aprender a ocuparte de la casa que serás una mujer.
Para que seas buena esposa y no envejezcas sola en la cama y la cocina has de saber alegrar a tu marido y cuidar a cada hijo que te atrapa tu destino que has de ser madre y esposa y la pobre Caperucita llora;
Quiero volar lejos de aquí escapar,  dime mi bien quién me llorará si me dan alas y echo a volar; quiero dormir no quiero despertar, Quiero ser la lluvia al otro lado del cristal, quizás alguien me espere en la oscuridad.

Una fría tarde Caperucita iba a casa de su abuela a llevarle comida, cuando se encontró con un lobo feroz; dime dónde vas niña que te acompaño yo.


La muchacha se supo perdida; gritaba Caperucita, mientras la devoraba el lobo, bajo la falda del vestido estallaron los dormidos sueños que en la noche la mantenían viva, pobre Caperucita.
Quiero volar....
Una gris mañana Caperucita se casó vestida de blanco bella como una flor, su marido muy elegante otro lobo feroz y su padre orgulloso lloraba de emoción.
Ahora, cada noche el lobo la devora clava sus dientes y llora caperucita mientras espera a que un aullido le diga que el dormido animal despertó, después descansa tranquilo el malvado lobo feroz.
La cara de caperucita alumbra una sonrisa mientras mece una cuna en ella está una niña, quizás futura oveja para un lobo feroz a no ser que afortunada la rescate tu amor.
Caperucita la arrulla contra el pecho y un murmullo lento lleno de esperanza y vida canta Caperucita;
quiero volar...
quiero volaaaaaaaaaaaaaaaaar.

lunes, 30 de abril de 2012

POR ESCRITO GALLINA UNA

DE NUEVO CORTAZAR Y SUS JUEGOS, ESTE SE SUPONE QUE ES UN TEXTO QUE ESCRIBEN GALLINAS QUE SE HAN VUELTO INTELIGENTES, PERO ESTÁ ORGANIZADO DE ACUERDO A SU GRAMÁTICA, EL DESAFIO ES ORDENAR LAS PALABRAS DE FORMA QUE QUEDEN COHERENTES SEGÚN EL ESPAÑOL Y NO SEGÚN EL GALLINES (¿O SERÁ GALLIÑOL?)

Con lo que pasa es nosotras exaltante. Rápidamente del posesionadas mundo estamos hurra. Era un inofensivo aparentemente cohete lanzado Cañaveral americano Cabo por los desde. Razones se desconocidas por órbita de la desvió, y probablemente algo al rozar invisible la tierra devolvió a. Cresta nos calló en la paf, y mutación golpe entramos de. Rápidamente la multiplicar aprendiendo de tabla estamos, dotadas muy literatura para la somos de historia, química menos un poco, desastre ahora hasta deportes no importa pero: de será gallinas cosmos el, carajo qué.

Julio Cortázar (del libro La vuelta al día en ochenta mundos)

viernes, 27 de abril de 2012

LA HOGUERA DONDE ARDE UNA



Este es un texto de Julio Cortazar, el juego es sencillo, cada renglón está incompleto, pero no es un accidente, así lo hizo Julio Cortazar, el reto es completar cada renglón, no hay una respuesta correcta, cada lector es libre de terminar los renglones, uno a uno, sólo siguiendo las órdenes de la coherencia y la lógica. Sí aceptas el reto, te deseo suerte y ojalá compartieras el resultado en este blog.




Fue el primero en acusarme de
Sin pruebas y quizá doliéndole, pero había los que
Y se sabe en un pueblo perdido entre
El tiempo pesa inmóvil y sólo cada
Gentes que viven de telarañas, de lentas
Acaso tienen corazón pero cuando hablan es
¿De qué podía acusarme si solamente habíamos
Imposible que el mero despecho, después de aquella
(Tal vez la luna llena, la noche en que me llevó hasta
Morder en el amor no es tan extraño cuando se ha
Yo había gemido, sí, y en algún momento pude
Después no hablamos de eso, él parecía orgulloso de
Siempre parecen orgullosos si gemimos, pero entonces
¿Qué memoria diferente tendrá el odio que sigue al
Porque en esas noches nos queríamos más que si
Bajo la luna en las arenas enredados y oliendo a
(Lo habré mordido, sí, morder en el amor no es tan
Nunca me dijo nada, sólo atento a
Me perfumaba los senos con las yerbas que mi madre
Y él, la alegría del tabaco en la barba, y tanta
Nunca llovió cuando bajábamos al río, pero a veces
Un pañuelo blanco y negro, me lo pasaba despacio mientras
Nos llamábamos con nombres de animales dulces, de árboles que echan
No había fin para ese interminable comienzo de cada
(Lo habré mordido mientras él clavado en mí me
Siempre en algún momento se mezclaban nuestras voces si
Podría haber durado como el cielo verde y duro encima de mis
¿Por qué, si abrazados sosteníamos el mundo contra
Hasta una noche, lo recuerdo como un clavo en la boca, en que sentí
Oh la luna en su cara, esa muerta caricia sobre una piel que antes
¿Por qué se tambaleaba, por qué su cuerpo se vencía como sí
-¿Estás enfermo? Tiéndete al abrigo, deja que te
Lo sentía temblar como de miedo o bruma y cuando me miró
Mis manos lo tejían otra vez buscando ese latido, ese tambor caliente y
Hasta el alba fui sombra fiel, y esperé que de nuevo
Pero vino otra luna y nos tocamos y comprendí que ya
Y él temblaba de cólera y me arrancó la blusa como
Lo ayudé, fui su perra, lamí el látigo esperando
Mentí el grito y el llanto como si de verdad su carne me
(No lo mordí ya más pero gemía y suplicaba para darle la
Pudo creer todavía, se alzó con la sonrisa del comienzo, cuando
Pero en la despedida tropezó y lo ví volverse, todo mueca y
Sola en mi casa esperé abrazada a mis rodillas hasta
El primero en acusarme fue
(Lo habré mordido, morder en el amor no es
Ahora ya sé que cuando llegue la mañana en que me
Le faltará valor para acercar la antorcha a los
Lo hará otro por él mientras desde su casa
La ventana entornada que da sobre la plaza donde
Miraré hasta el final esa ventana mientras
Lo morderé hasta el fin, morder en el amor no es tan

(Julio Cortázar, "La vuelta al día en ochenta mundos" Tomo II)